viernes, 18 de febrero de 2011

Ludopatía

No soy bueno poniéndome en el lugar de gente que padece alguna enfermedad. En especial  si tienen alguna de esas que no entiendo bien que son. Pero hoy, en esta humilde  entrada vengo a reivindicar a los ludópatas. Apropósito, como me gustan las palabras esdrújulas!! Si Arjona no me hubiera ganado de mano (?) escribiendo todo el estribillo de una canción con palabras de ese tipo (cuando digo “ese tipo” me refiero a las esdrújulas y no al guatemalteco), haría algo de eso. Quizás lo haga en el futuro, no me resigno a la idea de morirme sin entrar en el libro de los récord Guinness (?). 

Pero volviendo a los ludópatas, nunca entendí como puede existir gente que se obsesione con algo (en este caso el juego) al punto de no poder controlar sus propias acciones. Esto pensaba hasta hace un par de días. Hoy ya no. Es mas, no estoy tan seguro de cuánto tiempo mas voy a durar sin ser uno de ellos (si es que ya no lo soy). Cuando me adentre en el relato me van a entender. 

A todos nos molesta viajar parados en el colectivo, esta es una verdad indiscutible (como que pedir un gusto de agua en una heladería es una abominación). Entonces asumo que todos cuando subimos al bondi y no quedan asientos disponibles nos formamos internamente alguna teoría que determine cual de los pasajeros que van sentados está mas próximo a bajar y consecuentemente nos paramos cerquita de ese. Hasta ahí todo normal. Sin embargo he descubierto que soy capaz de llevar esa idea hasta límites insospechados.

En un principio mis teorías eran bastantes rudimentarias digamos, del tipo “si son las 7.30 am y veo un niño con guardapolvos, indefectiblemente el mismo deberá estar pronto a bajar”. Pero con el tiempo las he ido complejizando, no por ello teniendo mejores resultados aunque sí he logrado entender porqué estas cosas se estudian en la facultad y no se aprenden arriba del colectivo. 

Sin embargo, cuatro hechos del último mes me han dado indicios concretos de que he superado el límite de la racionalidad y de que estoy desarrollando una conducta similar a la de los ludópatas. A saber:

1.       El día en que me paré cerca de aquella señora que llevaba una bolsa con el logo y la dirección de un local de ropa esperando que fuera a bajarse al pasar por él. La bronca que experimenté al no acertar mi pronóstico se debe haber parecido bastante a la de los tipos que le ponen todas las fichas al 8 y resulta que sale el 22.
2.       La vez que después de haber pasado unos 20 minutos parado y, resignado a que jamás me iba a sentar, me puse a teorizar sobre la suerte de otros dos tipos que pugnaban por sentarse apostando todo mi honor (?) a que ganaba el de blanco. Haber apretado fuertemente un puño golpeándome el otro contra el pecho al acertar mi predicción.
3.       Volver a experimentar un profundo resentimiento hacia la señora del punto 1 al encontrármela días después en otro colectivo (de nuevo sentada) y esbozar una sonrisa burlona al tiempo que pensaba “esta vez no me engañas, hoy le apuesto todo a la chica de verde”.
4.       Y acá es cuando advertí que necesito con urgencia poder leer un libro estando parado para frenar este tipo de conductas: el otro día subí y me lamenté profundamente porque el colectivo estaba con asientos libres y no iba a poder jugar durante el viaje. Y hasta llegué a plantearme quedarme parado de todos modos, a pesar de la necesidad de dormir que evidenciaba mi cara. 

 Por todo esto, quizás debería consultar un psicólogo. Aunque mas no sea porque me encantan las palabras esdrújulas.

3 comentarios:

  1. Jajajaja, buenísimo!!! Con respecto al tópico, yo a veces pienso en que un día cuando estén todos los asientos ocupados voy a pararme y decir: "A VER GENTE, QUIÉN ES EL QUE SE BAJA PRIMERO?, VOS?, VOS? QUIÉN DA MÁS??" así me ahorro todo el tema de la especulación y demás... Aunque después todo quizás sería muy aburrido... Bueno, nada.
    Seguí jugando así seguimos leyendo los resultados!

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno y divertido!!!
    La de mi hermana me gusta tambien, te mandas ahi nomas y los apuras a todos, A VER "GENTE"....jajajaja, me la imagino haciendolo...
    Un abrazo!
    Paula.

    ResponderEliminar
  3. Hay algo que se ha instalado en la sociedad y que ha venido a corromper las leyes colectiveras: he notado que la tarjeta monedero/sube/etc. trastoca la fila previamente formada, y los boludos que olvidamos cargar la tarjeta perdemos el asiento por los vivos que simplemente pasando el plástico se adelantan y ocupan el último asiento libre.

    En cuanto al post, yo siempre voy por la matemática fácil: si te quedás parado cerca de la fila de dos asientos, estadísticamente tenés más probabilidades de que alguno se baje, aunque es sabido que el asiento de uno siempre cotiza más.

    ResponderEliminar